Al no creer, los escurialenses, que, su corredor de motos español, en Francia, donde había ido a obtener la última réplica del mundial, había trabajado de ‘cascadeur’. El 9 de setiembre, de ese mismo año, lo demostró en S. L. de El Escorial.

  • Para efectuarlo, buscó un sitio adecuado. Lo hizo en la Calleja Larga.
  • Pidió pedir permiso, en el ayuntamiento, quienes al no conocer que era capaz de realizarlo, para deshacer de él, le comunicaron, que ese lugar no pertenecía a S. L. de El Escorial, sino al Patrimonio Nacional.
  • Lys fue a ver al regente del Monasterio, lo propuso, y él le dijo: el único que puede darte el permiso es el Ayuntamiento. Entonces, Lys, se dio cuenta de que había pasado.

Por casualidad, ese mismo día, vio a Luismi. Un motorista, mayor que él, era el dueño del taller de motos, que había participado en varias carreras de Todoterreno. Como era un gran aficionado al mundo de la moto. Quiso montar el Moto Club Escurialense. Y, como ya estaba avanzado. Tenía el sello, etc. Solo faltaba el lugar. Esto se lo solucionaba el Ayuntamiento. Lys le contó lo que le había pasado. Y sin dudarlo, Luismi le dijo: pídelo por escrito y el moto club lo sella. Así se hizo, y, esa misma tarde, le dieron el permiso.

De los gastos del espectáculo: coches, publicidad y algo más, se encargaron: Discoteca Keeper y la Seat (Concesionario). Y, el 9 de setiembre de 1978, con coche y moto, celebró el espectáculo. El cual, se tuvo que retrasar. No pudo empezar a la hora que se había indicado, debido a que no dejaba de llegar gente.

Pasó una hora, y, Lys, comenzó a efectuar rápidos vuelcos, que llamaron la atención. De seguido, con moto, comenzó a saltar cinco coches. Continuó con diez, y que pasó. Como fue el primer “cascadeur” motorista que realizaba un largo salto sin rampa de aterrizaje. Al efectuarlo a la velocidad de 110 km/h. Para que él no se matara, la moto tenía que caer, en un suelo llano, con la rueda trasera (inclinado a 45º), y al tocar la rueda en el asfalto. Por el fuerte choque, se partieron nueve radios, se aplastó la llanta y se descentró. No pudiendo seguir saltando. Los espectadores, fueron quienes se lo dijeron.

A la salida del espectáculo, el gentío empezó a darle dinero. Sacando, en esa época, 85 mil pesetas. Cantidad que, hoy, equivale a unos cinco mil euros.

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